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viernes, 27 de marzo de 2009

bendita realidad, bendita ignorancia.

Música a modo de ironía: lalalala ♪♫♪

Comentario previo: Soy una persona que está a favor de la verdad, creo que es algo muy importante, incluso cuando es dolorosa y no me molesta saberla, la pido. Soy muy analítica y muy científica y bastante cruadriculada. A pesar de esto la verdad es muy relativa, ¿son verdad nuestros sueños? ¿o solo es verdad y cierta la dura y cruel realidad?
¿Está bien evadirse de la realidad a un mundo de fantasías? Leer a continuación un pequeño texto escrito por mí.

No sé cuanto tiempo llevo aquí y tampoco quiero saberlo. Podría abrir los ojos, cegarme con él sol y después de varios minutos de que mis ojos se acostumbraran a ese fuego, ubicarlo y determinar la hora que es. Pero no quiero. Sé que la hora de comer ya ha pasado, pues olí la tortilla de patata, oí las charlas familiares, las televisiones encendidas y poco después los cubiertos chocando y siendo bañados y enjabonados en agua. Pero no sé desde cuando estoy aquí y no me interesa saberlo. Probablemente sea hora de la siesta, pero oigo música. Una extraña melodía hecha por algún instrumento rudimentario. ¿Una flauta? No me gusta. Yo prefiero el no silencio. Aquí, tirada dentro de mi jardín cuadrado de 2x2, oyendo el resoplar del viento al chocar contra las paredes de piedra de mi cubículo, los abetos agitándose en la montaña, la hierba bailando a mí alrededor, y los pájaros e insectos cantando.

El sol empieza a pegar fuerte, me pica en la piel, aunque quizás sea solo un bicho, no lo sé. Y me es indiferente esta respuesta. Toda mi espalda y otras zonas desnudas de mi cuerpo son bañadas por la humedad de la fresca hierba de mi jardín. Una golondrina se ha posado en mi rosal, lo sé, la sombra es transferida a mi cuerpo inerte en el centro de mi caja de fantasías. Alguien ha pasado cerca de aquí y ha espantado a la golondrina que me ha asustado con el batir de sus alas, pero ningún músculo de mi cuerpo se ha tensado a pesar del susto. Si pongo un poco más de atención puedo oír el agua del río, corriendo y deslizándose por las piedras, chocando violenta y rápidamente, arrastrando todo a su paso. Es un maravilloso murmullo lleno de vida.

De pronto me tenso, solo un segundo y me despierto.

Me he quedado dormida encima del escritorio, sobre el teclado. El ordenador está encendido con su ventilador ronroneándome al oído, calentándome la oreja y el monitor cegándome ya a estas horas. Después de reponerme del susto de encontrar una araña muerta en este desierto que es mi piel noto algo en mi espalda. A pesar del aire que me da el “pingüino”(1) gotas de sudor caen y resbalan por ella cual tobogán y fuera de mi habitación oigo el grifo de la ducha, gritos y cosas chocando contra el durisimo suelo y siendo destruidas para siempre, siendo inservibles por ser débiles.

“Bienvenida a casa” me dije “Bienvenida”.

(1)Pingüino: es un cacharro portátil de aire acondicionado que te echa aire fresquito al introducir agua en él.


Adjunto imagen: Click para aumentar.





Me gustaría mucho que me dejarais alguna opinión vuestra sobre este tema. ¿Es realmente malo evadirse de la realidad?
¡Ah! y todo esto lo he pensado por el examen de lengua en la que la pregunta de opinión era eso.




3 Comentarios.:

Yo misma dijo...

¿Evadirse de la realidad? Si no te pierdes en los sueños y sabes encontrar el camino a casa...

{Anrycio} dijo...

Diox me encantaaaaa

escribes genial

es uan buena reflexión, me ha gustado mucho

dew wapa

besitos

Pinet dijo...

Evadirse de la realidad es una manera de combatir el estres...:)