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miércoles, 22 de diciembre de 2010

Palabaras que envenenan

Triste es perder lo que nunca llegaste a conseguir.

-Decepcionante es ir perdiendo puntos en los exámenes según vas cometiendo errores.

-Amistades que se quedan en la nada, tras desconexiones de Internet que malinterpretamos como olvido sin dar lugar a explicaciones.

-Frustrante es perder una oportunidad que ni siquiera sé si hubiese tenido contigo.

No te conozco, y quizás por eso me molesta tanto. Porque no me han dejado. O puede que la culpa fuese mía, por que sí, yo abrí la boca. Y aunque no dije todas las estupideces que te contaron, quizás, en un tiempo, si hubiesen estado en mi cabeza. Pero es eso, el tiempo que no me han dado. El que vilmente me han robado.

Ahora me ha quedado el regusto amargo en la boca y un escozor en los ojos, junto a un peso que me oprime el pecho.

Y sigo preguntándome ¿qué hubiese pasado si…?

¿Qué hubiera pasado si…?

¿Qué habría hecho si…?

¿Qué…?

¿…?

¿?

Consigo juntar la entereza que no tengo para decidir que esto no se puede solucionar, y que lo nuestro siempre será una frágil amistad mientras hago chocar mi cabeza contra la pared repetidas veces. Culpándome de mi idiotez, y de esta boca, por la que no salen palabras, sino veneno.

Adiós, me hubiese encantado...pero ya, no.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Alegaciones

Me encantaría apelar a mi racionalidad, argumentarle que si estando sobria de emociones puedo abogar por la comunicación, la verdad y la sinceridad, borracha de sentimientos también debería, pero si viene alguien alegando que no estoy en mis plenas facultades le pegaré un puñetazo.

Iros a la mierda.

Con MUCHÍSIMO (ironía) AMOR (sarcasmo), vuestra siempre (já), Ko. (también llamada la gililpollas que calladita está más guapa.)

domingo, 19 de diciembre de 2010

Pronombres demostrativos

Yo estaba ahí. Nosotros estábamos ahí. Tirados como dos perros callejeros sintiendo el frío en el cuerpo e intentando desesperadamente buscar el calor mutuo acercándonos cada vez más, sintiendo la carne helada del otro que al contacto se caldea. Yo pensaba en una canción que describiese mi estado de ánimo. Tú…yo, sinceramente, no sé lo que piensas tú. Quizás ahora nada, porque dormitas a mi lado dejándote llevar por mis caricias que no son más que el producto del instinto maternal o un repentino ataque de altruismo, pero me encanta. Me encanta coger un rizo tuyo y darle vueltas, pensar en el placer que te produce, en lo sumiso que te deja, y en esa respiración suave que no oigo por el sonido atronador de la música de esta discoteca tan rancia. Tu pelo es sedoso y el momento es deliciosamente plácido, y pienso que nunca me habría imaginado que alguien pudiese dormir en un garito. Ni a mi lado. Ni sobre mi hombro. Entonces escondo mi cabeza entre tu esponjosa melena y sonrío apoyándome contra ti mientras observo como la gente grita cánticos y baila a saltos alzando sus copas y derramando el contenido por el lugar. Yo también me estoy durmiendo.

En cierto momento te despiertas, notas el pelo sobre tu cara y abres los ojos como un gatito legañoso. Yo rezo para que te vuelvas a dormir y poder pasarme lo que queda de noche así tratando a la bestia que tan pacíficamente se duerme obviando las luces, el ruido y el frío.

Aunque el frío ya quedó olvidado cuando te sentaste a mi lado.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Cuánto dura cuanto

Cuánto dura cuanto

Cuando nos aproximamos a un libro de poesía como el de María Eloy-García, debemos, primeramente vaciar la mente, en caso de que se pueda, de toda idea de poesía que tengamos. Sobretodo si por poesía entendemos versos que rebosan amor y palabras cultas.

Y esto es comprensible al observar la portada; lavadoras, neveras, carritos, batidoras… Cosas mundanas en la portada de un libro de un género tan desechado por la juventud al parecer tan abstracto y secretista o quizás más similar a un jeroglífico del periódico que te enerva al no poder descifrarlo. Todos estos objetos semi antropomórficos con brazos que están oponiéndose a esa figura, ni masculina ni femenina porque María Eloy-García aboga por una neutralidad

No se puede evitar pensar en Quevedo al ver esta temática, pues quién olvidará su poema “A una nariz” y esa fina ironía que María Eloy-García también usa. Y aunque aquí acaben las comparaciones, no por ello peor es “Cuánto dura cuanto”, pues el estilo de María Eloy-García se convierte en suyo propio como demuestra al exponer su gran sabiduría ante estos temas tan dispares como son las neveras, la teoría de Plank o la vecina del tercero b. Pero no sólo se trata de utilizar temas mundanos para hacer poesía, sino que ella va más allá e introduce un punto filosófico mientras juega con las palabras y te deslumbra con esa estética tan clara. Un grato recurso que utiliza muy hábilmente la autora es jugar con la polisemia de las palabras. Quizás, uno de los poemas en los que más puede apreciarse esto sea en “La peluquera”, donde encontramos versos como “la permanente rizada del tiempo / entonces la peluquera no pudo cepillarse / al encargado de la pequeña empresa de su vida”

La estructura del poemario responde a cuatro partes; la primera llamada “El ciclo de hipermuriel”, la segunda, “Transverberación de la vecina”, la tercera “La puerta de Magritte y por último el epílogo seguido de un poema fotonovelado.

Nada más comenzar la lectura de “El ciclo de hipermuriel” se nos puede venir a la cabeza la canción “Disfraz de tigre” del grupo Hidrogenesse. Es como si los poemas fueran a la par de esa canción tan Indie con un ritmo propio, como los poemas, pero sin ser pegadizo del todo, un tanto pasivo y repetitivo, como Muriel. Muriel que tiene tantos trabajos; cajera, reponedora, carnicera, charcutera, encargada… que expresan con frivolidad la búsqueda de una identidad, como la protagonista de la canción, que es desde un vocoder a un disfraz de tigre. Y todo esto no es más que un juego, como el propio titulo “hipermuriel” una sucesión de trabajos en un hipermercado. Una brillante colección de poemas que acaba con la imagen de un ticket de la compra. Y obviamente, te atendió Muriel.

Al llegar a la segunda parte del poemario nos encontramos con un big bang de ideas y de conocimientos. El primer poema versa sobre filosofía, algo escondido tras una sopera mitificada.

“Cuánto cuanto” es una forma de explicar la teoría de plank jamás imaginada, incluyendo fórmulas y que hace recordar a los amantes de las ciencias chistes como “¿Cómo suena un electrón cuando cae? Plank”.

Transverberación de la vecina, que da título a este bloque es como un balde de agua fría sobre la cabeza del ama de casa que no piensa más allá de cuánto han subido los tomates.

Relacionando así, la ciencia, una peluquería, la filosofía y un patio de vecinos se llega al poema cúspide de este bloque y que luego es el poema fotonovelado del final del libro: “El bien inmueble” que es quizás, uno de las mejores del libro.

Es un poema cautivador que describe a los vecinos por pisos a los que designa un nombre o un adjetivo y al que todos, probablemente cambiando la numeración de los pisos en caso de vivir en un bloque, nos podemos sentir vinculados de alguna manera; estando la timidez en el quinto, en el noveno la veneración compartiendo piso con la envidia y en el octavo, el tiempo, que irónicamente se quedó encerrado en el ascensor.

Pasando a la tercera parte encontramos reflexiones del día a día, que si bien no hemos pensado en ellas antes, es hora de hacerlo tras la lectura de los poemas. Esta tercera parte comienza con “Sobre la espera”, poema que al acabar nos clarifica esa cadena, fila o cola de la vida en la que nos sucedemos como primeros y últimos, pasandonos una esfera llena de espera.

En “la otra óptica” se habla realmente de la otra óptica, en un poema cuyas palabras, sí bien no están buscadas y colocadas al milímetro, lo parece.

En “Los límites” se vuelve a jugar con la ciencia -esta vez las matemáticas- dejando atrás las teorías físicas y la biología de los organismos del cámbrico, con una pincelada de romanticismo científico que nos hace recordar la relación simbiótica expresada matemáticamente como: Hongo + Alga = Liquen. Siendo Liquen = Amor. Sólo que en este poema hay más paralelas y límites que “tienden” en todos los sentidos de la palabra, la cual es clave para el poema.

“La gran prostituta” es un poema divertido y crítico que mezcla prostitución, cristianismo y algo de ciencia que dan lugar a versos tan magníficos tales que “Cinco mil por la luz / diez mil y un completo de verdad y conocimiento”.

Y el poemario acaba con un epílogo que recoge el poema “La ranura” seguido del poema fotonovelado.

La frase que resume todo este brillante poemario es: “Porque aunque ya esté todo dicho, hay mil formas de decir lo mismo”.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Ella

Ella los viernes:

Ella es extraña, extravagante. Ella cena sola los viernes por la noche, encerrada en su cuarto y lo haría con e cerrojo echado si su puerta lo tuviese. Para ella comer es como ritual que no debe ser interrumpido. Es uno de los más grandes placeres de su vida, junto a la masturbación, la Coca Cola y ver amanecer todos los días de verano desde su ventana con barrotes rojos que empiezan a ser comidos por el óxido.

Esta noche ha cenado tarde; a las dos de la mañana se ha sentado en su silla de ordenador, ha colocado su edición del Quijote sobre la mesa y encima el bol de ramen caliente junto a los palillos que se llevó de aquel restaurante oriental. Ha movido el ratón y ha elegido un capitulo aleatorio de alguna serie con un personaje principal sarcástico que le gusta. Ha pensado que visto desde fuera la gente sarcástica es digna de admiración, pero cuando te hacen un comentario de ese tipo es una putada.

Tras darse cuenta de que ella es una de esas personas narcisistas e irónicas que se esfuerzan cada día para demostrar su ingenio ha desechado ese pensamiento y ha comenzado a comer.

Ella mira su escritorio. Está lleno de vasos vacíos con restos de Coca Cola y hielo derretido, pañuelos de papel usados, folletos y un calendario. Después le ha echado un ojo al suelo; bolsas de plástico, ropa, zapatillas y muchas pelusas. En la trayectoria de su mirada se cruza con el armario y con sus grandes puertas con espejos. En él ve a una chica en chándal; con una coleta minúscula, maquillaje corrido y pelo grasiento que cena sola ramen con unos palillos adornados con flores.

Ella espera algo.

Pero la ignorancia sobre ello no hace más que propiciar la sensación de apatía que la invade.

Ella acaba su cena y con ello sus pensamientos sobre el futuro. Pensamientos en los que cree que acabará siendo una escritora al principio exitosa y luego fracasada con fobia al compromiso, que vive con cuatro gatos y está sumergida en un mundo alcoholizado y sexual.

Y eso es si le va bien en la vida.


Ella los sábados:

Ella está preparada para salvar el mundo y celebrarlo. Se ha dispuesto hacer cosas que nunca haría como ir a manifestaciones. Allí se presenta y vive la experiencia de formar parte de un todo por algo que merece la pena. Grita los eslóganes que los demás. Canta por la libertad, y sujeta su cartel de “I am Julian Assenge” y posa para las cámaras como una prostituta de la libertad. Mira la hora y se va corriendo a la boca de metro más cercana. Calcula el tiempo que tardará y se apresura un poco más.

Hoy se ha preparado a conciencia. Hoy está maquillada y peinada, pero con las prisas vuelve a parecer un león lloroso. Aún así no se siente mal porque cumplió con su ritual de maquillarse y mirarse al espejo poniendo morritos y pensando: “Yo me follaría, me follaría a saco”. En el metro se sienta con las piernas torcidas y mirada de niña pequeña. Mira de reojo a una chica con unos preciosos ojos verdes que parecen llorar y se suma en su miseria. Cuando cambia de línea se cruza con un par de niñas que no llegarán a los 15 años y que aún tienen las piernas delgadas y kilométricas gracias a los tacones. Ella piensa que son unas niñatas, que ella se merece a alguien mucho mejor, alguien que no pueda matarla con un zapato con los mismos centímetros que su edad.

Hoy se ha decidido que va a beber whiskey. Por un día no pasa nada. Cruza el campo y saluda a muchas personas. Sabe que sólo recordará el nombre de algunas de ellas al día siguiente, y eso si no tiene lagunas. Pero se siente bien en ese mar de chupas de cuero, leopardo y cebra mientras se gritan canciones de rock n’ roll. Hay un chico que tiene la amabilidad de hablar con ella. Y según va apurando su copa más segura se siente. Tan segura que acaba por beber whiskey con biofrutas y, consecuentemente, vomitando.

Ahora siente que ha perdido un poco de dignidad, pero se esfuerza tanto por sentirse bien que la da igual. Hoy ha venido a socializarse. Y así lo hace. Consigue reponerse y además, bailar con una pelirroja. Según recuerda, alguien repartió papel de tabaco, si tenías un trozo, estabas invitado a la orgía. Esa orgía que acabó por convertirse en un supuesto trío y en una noche un tanto extraña, pero que llena de besos, miradas, ruido, saliva y comentarios subidos de tono la ha aportado lo que ayer tanto deseaba.

Y hoy, le duele la tripa.


Mordiscos, Ko.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Prostitución y Crossover en la Inglaterra Victoriana

Inglaterra es la cumbre de la alta sociedad; cultura y ociosidad. A todos se nos llena la boca nombrando a autores de prestigio, artistas o simples críticos o ricos que se ganan la vida manteniendo una reputación social que les encadena a una serie hábitos y eventos.
Yo no era así. Yo era puta; una pícara a la que todos conocían profundamente en el sentido más literal de la palabra. Una puta que entraba a las fiestas encorsetada y salía desprestigiada. Una puta que no tenía reparos en enseñar la cara ni besar en la boca, con lengua, con dientes…

Al entrar en una sala las mujeres me miraban con desaprobación por encima del hombro y arrugaban la nariz como si olieran mierda. Yo las imitaba y fruncía el ceño, pero siempre acababa recurriendo a ese arqueamiento de cejas que de mi padre aprendí y que, aunque irónico quedaba en él, seductor quedaba en mí.

Recuerdo la última vez que entré en una fiesta de la alta sociedad. El Conde de Mim realizaba un baile en su Mansión, cerca de Cottnot park, en su residencia de verano privada; es entonces cuando recibí la visita de Sir. Lamont (un cliente habitual) en mi calle, Helment Street. Sería el mes de Mayo y aunque era primavera, las calles de Londres por las noches siempre han sido gélidas.

Mientras me apoyaba contra la pared miraba el estrecho callejón que desembocaba en mi calle y que, al contrario que la mía, estaba mejor iluminada. Los adoquines resonaron al paso de un hombre tosco y su sombra. Un hombre con barba de varios días y muy delgado que se paró delante de mí sin siquiera mirarme. Lo reconocí por su fragancia tan fuerte que me cortaba la respiración. Sir Lamont se quitó el sombrero y lo giró con histerismo entre sus manos. Mantenía la cabeza gacha, lo que le provocaba una pequeña chepa. Vergüenza en sus ojos y culpa sobre sus espaldas. Me aparté el pelo de las orejas deseando que el frío taladrara mi calavera y cristalizara mis pensamientos para que se frenasen ante esta afrenta que tan común era, y tanto me dolía.

-Necesito compañía – murmuró con voz grave mientras el vaho provocado por el frío salía de su boca como una calada y desaparecía según se acercaba a mí.

-Como todos - le respondí.

-Esta vez será diferente. Necesito de tu compañía en un baile, pues allí se me reclama como asistente. No tengo hijas ni esposa y necesito pareja de baile. En una semana volveré y la llevaré en un carruaje hasta el hotel donde se -cambiará y se hospedará después de la fiesta. Hasta entonces, cuídese.

Tras el discurso me miró con firmeza esperando una respuesta. Asentí y le señalé el camino por el que había venido, pues otro cliente requería de mis servicios.

Él sabía que no haría falta discutir el precio pero le saldría caro. Más caro que un revolcón en la pensión que estaba a la vuelta de la esquina y en la que, semana tras semana, necesitaba un poco de mi “amor”.

No es que fuese famosa, pero tampoco era discreta. Supuse que me regalaría un vestido bonito que me tapase lo bastante como para que nadie reconociera mis lunares y mis pecas y no quedar como el viudo que danza al son de la música más clásica con…una puta clásica.

No me gustaba tener que disfrazarme. Ser puta era algo que me daba libertad pues no estaba forzada a acostarme con cualquiera que me lo pidiese por cuatro libras. Yo seguía teniendo la última palabra y desfallecer de hambre era mi última palabra. Incluso en lo que a vestuario se refiere yo también estipulaba las prendas a vestir. Estas inanes normas de cortesía no estaban en mi ser. Y eso era extra.

El domingo se presentó un carruaje en mi calle tirado por dos caballos negros al cual accedí subirme pues ya me era conocido. Ya dentro empecé a fantasear con mi virginal vestido. Esperaba que fuese de tela fina y suave; algo translúcida y posiblemente color crema. Tendría algunos volantes y algún bordado en verde y por supuesto, me haría pasar por mujer recatada.

Al llegar a la habitación me esperaba sobre la cama un despampanante vestido verde bosque el cual se había de conjuntar con un corsé negro, junto a esto, reposaba sobre la almohada una liga morada.No difería mucho de lo que solía llevar aunque definitivamente el verde era mi color y él lo sabía.

Me vestí lentamente admirando mi cuerpo en el espejo y entregándome al acogedor calor de una buena habitación de hotel. Tras estar completamente vestida me senté en el tocador a preparar y domar mis rizos en un moño alto con algunos tirabuzones rojizos enmarcando mi cara. Rehusé maquillarme en exceso y me quedé contemplando mi rostro en el espejo. Examinando la habitación a través del reflejo, divisé detrás de mí un broche para el pelo y un par de pulseras a juego en la mesilla junto a la cama. Me gustaban las alhajas así que me las enfundé y posé frente al cristal.

-Estás preciosa – susurró mi pareja de baile desde la puerta a la par que avanzaba sigilosamente en mi dirección.

En ningún momento deje de mirarme porque no había olvidado la degradación hacia mi persona la semana pasada. Se acercó por detrás y me colocó una gargantilla de la cual colgaba una pluma de pavo real. Sin más dilaciones salimos de la habitación y nos dirigimos al baile. No hubo palabras durante el camino. Sólo su penetrante mirada recorriendo mi cuerpo que tan conocido le debía ya de ser pero que, semioculto, ofrecía una especie de erotismo que le hacía renegar de su humanidad y sacaba sus instintos más primitivos, como el de salivar en exceso.

Divisamos la mansión completamente iluminada y decorada en medio de la noche desde el carruaje. Según nos acercábamos oíamos los violines y el piano que con celeridad pasaban de melodías occidentales a orientales, sin dejar ese tono alegre tan propicio para una fiesta.

Sir. Lamont llamó al timbre, respiramos y esperamos muy erguidos. Vimos una sombra por el cristal y la puerta se abrió dejando paso a una humareda de olores frutales y a una melodía de tipo oriental. Mi pareja me cedió la entrada con un movimiento de brazo al igual que el mayordomo, que me invitaba a entrar posando su mano en la mía para ayudarme a subir un insignificante peldaño. Yo era puta, no lisiada, no necesitaba ayuda de este tipo. Pero una siempre podría acostumbrarse. Fantaseé, por un momento, en mi vida como una dama de la clase alta de la que solo se espera que baile y quizás que toque el piano.

Tras quitarnos los abrigos nos adentramos en la mansión para encontrar la sala impregnada de fragancias caras, tabaco de pipa y una humareda muy densa que parecía invitada en la fiesta y no pensaba irse pese a la ventilación de las habitaciones.

Pasamos a la sala principal donde un grupo de hombres y una mujer rodeaban un narguile formando un círculo sobre cojines de colores rojizos y dorados. La conversación parecía tratar de política, y contrariamente a lo que suele ocurrir, no había ni disputas, ni palabras malsonantes.

Esta sala no era ni para Sir Lamont ni para mí, así que giramos a la izquierda y siguiendo unos tapices y un montón de cortinajes púrpuras llegamos a lo que parecía una improvisada sala de baile. Y digo improvisada porque la sala era lo suficientemente grande como para que bailaran allí más de 30 parejas simultáneamente. En cambio, había un par de picaruelas muy apegadas a sus parejas y tres bailarinas exóticas moviendo sus vientres mientras una jauría de perros las vitoreaban. Sir Lamont, aunque parecía fuera de lugar se adentró más en este recinto.

-Buenas noches, mis queridos invitados, ¿disfrutando la fiesta? – nos asaltó el Conde de Mim de la nada mientras sostenía un vaso de licor.

-Sí…- Titubeó Sir Lamont.

-Ya sé Harry que este no es tu tipo de fiesta favorita pero ¿qué esperabas si te dejaba traer a esta acompañante?

Ser puta también conlleva aguantar y resignarse a escuchar este tipo de comentarios estoicamente, aunque no por ello podía controlar primero la sorpresa y luego el enfado que se dibujaron en mi cara.

-Sé a lo que se dedica, señorita, de todas maneras, aquí no importa, hoy no – se giró buscando a alguien - ¡Dorian! Ven aquí, muchacho.

El tal llamado Dorian, se encontraba en el centro de la fiesta, en el punto intermedio entre la política y el erotismo, y parecía participar de ambos, aunque no activamente.

Dorian, al ser llamado, saco la mano del bolsillo y apuró su copa antes de contestar si quiera con la mirada al llamamiento del anfitrión. Sonrió y se acercó, primero cabizbajo pero luego, al llegar a nuestro lado, separó un poco los cortinajes que formaba su melena y nos reveló el rostro más perfecto que jamás yo viese. Sentí mis pupilas dilatarse y mis ojos moviéndose frenéticamente por toda su cara memorizando cada trozo de piel y fantaseando con lo que aquel chaleco escondería.

-Siempre la misma reacción Dorian – le dijo al muchacho – Por si no le habías conocido antes en persona – hizo una pausa para dar más dramatismo - este es el famoso Dorian Gray.

-No creo merecer esa fama Charles.

-Famoso tanto por su hermosura como por su modestia, una lástima que sea fingida.

-Y aunque finjamos, ¿no es mejor eso que la arrogancia directa? ¿No es mejor saborear la dulce mentira antes de ser escupida que atragantarse con la verdad?

-Grandes palabras para alguien que escucha a Henry – dijo con desprecio el último nombre – Les dejo con Dorian, debo atender a Clarissa.

Le miramos mientras se reunía con una cabaretera y ambos emprendían el rumbo hasta el segundo piso con premura.

-Señor, ¿podría prestarme a su dama un segundo? Creo que es mí deber enseñarle las nomeolvides del jardín; son hermosísimas en la noche.

Lamont le miró consternado, pero aún así, el joven Dorian desprendía un halo de pureza, bondad y sinceridad que pudo con la reticencia de Lamont a quedarse solo.

Dorian me sonrió de forma cómplice, con la misma sonrisa que yo usaba con mis clientes al verles para no utilizar las palabras que tan fuera de lugar estaban.

El muchacho me ofreció el brazo para colgarme de él y juntos cruzamos la puerta al patio. Hacía frío, muchísimo frío para la escasa ropa que llevábamos todas las mujeres de la fiesta; por ello sólo los hombres se reunían en un pequeño banco para charlar y fumar lejos de sus mujeres. Dorian hizo caso omiso a mis estremecimientos y me guío como lleva el amo al perro con la correa de paseo. Me hizo un tour por todo el jardín sin mediar palabra. Al terminar le miré y fue entonces cuando se abalanzó sobre mí, no como un caballero, sino como un demonio ardiente que puede coger lo que quiere sin pedir permiso siquiera y no le será reprochado nada.

Sentí su lengua violar mi boca e impregnar de su esencia la mía mientras sus manos masajeaban mis caderas. Jadeaba y se separaba sólo unos milímetros de mí para ver con claridad mis reacciones y quizás, dándome tiempo a corresponderle.

De vez en cuando, las putas también tenemos sexo sin cobrar. Y no es que seamos zorras, es que quizás se encuentre a alguien que merezca la pena. Y Dorian la merecía.

Le aparté un poco de mi para su sorpresa, sólo para dejarle claro quién llevaba el mando, y por ello, le besé. Esta vez fui yo la que tomó la iniciativa y decidí, sin pudor, tomar sus labios entre los míos degustándolos.

Sigo sin comprender la reacción que provoqué en Dorian, pero hoy por hoy, recordándolo, sigo creyendo que lo vio como un desafío y por ello me apretó contra la pared aún más, separando mis piernas con la suya y haciéndome sentar sobre esta, cerrando el espacio entre nosotros, haciendo que de repente, la fría noche fuera neutralizada por nuestro calor mutuo.

Con una mano, agarró mi mentón y me hizo mirarle a los ojos mientras comenzaba a mover su pierna para crear fricción en mi zona íntima, creando una especie de vaivén, un baile frenético.

-Mírame – me susurró cuando cerré los ojos entregándome al placer.

Intenté hacerlo, pero justo cuando la señal llegó a mi cerebro Dorian quitó su pierna. Para mi deleite fue sólo para sustituirla por su mano, que se coló por mi vestido al igual que una ráfaga de aire frío y serpenteó entre mis bragas hasta que encontró lo que buscaba gracias a las señales que le daba con mis gemidos.

Aquella fue sin duda una noche extraña, Dorian continúa viniendo de vez en cuando. Pero nunca como cliente. Sir. Lamont…algo le ocurrió aquella misma noche.

Besos prostituidos, Ko.

martes, 7 de diciembre de 2010

Operation Payback: Wikileaks


Hoy es un dia triste para la libertad. - Frantasía
History will win. The world will be elevated to a better place. Will we survive? That depends on you. - quote - Andi.

What does censorship reveal? It reveals fear. - quote- Koral.

28 de noviembre de 2010: Wikileaks filtró a la prensa internacional una colección de 251.187 cables o comunicaciones entre el Departamento de Estado estadounidense con sus embajadas por todo el mundo (denominados en inglés United States diplomatic cables leak, Cablegate o Secret US Embassy Cables. Se trata de la mayor filtración de documentos secretos de la historia.

1 de diciembre:
Amazon, ante las presiones del senador Joe Liebermann, deja de albergar a WikiLeaks. WikiLeaks, a través de Twitter, señala que si Amazon está en contra de la Primera Enmienda debería dejar de vender libros. El Congreso de EE UU quiere callar totalmente a Wikileaks en el país prohibiendo su acceso y en el resto del mundo eliminando de internet su existencia, asunto que ya ha intentado con anterioridad.

2 de diciembre de 2010: la empresa proveedora EveryDNS decide la rescisión del contrato con WikiLeaks cortando su acceso el día 2 de diciembre a las 10 de la noche. El ministro francés Eric Besson pide a OVH que deje de albergar el portal de WikiLeaks. El Partido Pirata suizo ofrece alojamiento a WikiLeaks con la nueva dirección wikileaks.ch.

3 de diciembre: se ha llevado a cabo una reforma de ley en Estados Unidos conocida como el Acta SHIELD (Securing Human Intelligence and Enforcing Lawful Dissemination), una modificación del Acta de espionaje que prohíbe la publicación de información clasificada sobre secretos cifrados o comunicaciones internacionales de inteligencia.

4 de diciembre de 2010: PayPal cancela la cuenta que tenía con WikiLeaks, a través de la cual la organización obtenía financiación en forma de donaciones, aduciendo una supuesta violación de las políticas de uso en referencia a que no están permitidas "actividades que defiendan, promuevan, faciliten o induzcan a otros a participar en actividades ilegales". El portal Geek alt1040, entre otros, han convocado un boicoteo de Amazon y Paypal por negar el servicio a wikileaks.

6 de diciembre: Mastercard comunicó que se había unido al bloqueo y que no iba a aceptar su sistema como medio de pagos a WikiLeaks.

7 de diciembre (3:00 am): Comienza la operación Payback convocada por los Anonymous. Principalmente se centran en enviar ataques DDos contra postfinance.ch, también le declaran la guerra a paypal y amenazan a twitter por la censura que ha habido de los trendin topics a pesar de la negación pro parte del staff. Ni #wikileaks, ni #JulianAssenge ni #cablegate figura como trending topic a pesar de serlo.

La operación Avenge Assange sigue en marcha. Julian Assange figura como número 1 en la encuesta de personas más influyentes del 2010 por la revista Time ( y esta vez sin manipulaciónes como la que hizo /b/ con moot.)

Los boicot continuan. La gente sigue mostrando su descontento, cientos de mirror de wikileaks siguen en la red para que cualquiera lo lea y se ha creado la web: http://www.justiceforassange.com/

7 de Diciembre: Se emite una oden de arresto contra Julian Assenge y se le persigue, no por las filtraciones sino por la supuesta violación de 2 mujeres. Hoy mismo es arrestado en Londres.

¡Vota por Julian Assenge como persona más influyente del 2010 por la revista Times!

veamos que hacen si sale ganador. Dale un 100 a Assenge: http://www.time.com/time/specials/packages/article/0,28804,2028734_2028733,00.html

Firma para que despidan a los que piden el asesinato de Julian Assenge por defender la verdad:

http://www.petitiononline.com/lll123/petition.html

Articulo sobre el cablegate: http://es.wikipedia.org/wiki/Filtraci%C3%B3n_de_documentos_diplom%C3%A1ticos_de_los_Estados_Unidos


Wikileaks anunció sin embargo hoy que la detención de Assange no afectará a la divulgación de los cables, que también han sido condenados en numerosos países afectados por las revelaciones.

“Las acciones de hoy en contra de nuestro redactor jefe Julian Assange no afectarán nuestras operaciones: difundiremos más cables esta noche como de costumbre”, indicó WikiLeaks en la página de 'microblogging' Twitter.

Wikileaks se ha tachado de organización terrorista, todo por defender la libertad y exponerla libremente para que todos pensemos sobre ello. Es la era de la libertad. Y no nos van a callar.


sábado, 4 de diciembre de 2010

Voldemort

Voldemort se levanta por la mañana, abre los ojos y contempla el techo. Un techo blanco de gotelé. Le frunce el ceño pensando que el gotelé es como los muggles, que está ahí para fastidiar, menos cuando te pica la espalda y no tienes con que rascarte. Piensa que está pasado de moda y que debe ser eliminado, así que sale de la cama apartando las sábanas púrpuras , pisa con el pie izquierdo primero y se dirige a un cajón del que saca una lista y apunta :"Llamar al pintor". Luego, se agarra lo que debería ser el puente de la nariz (aunque en su caso no hay nada) y se esfuerza por despertar a su cerebro mandando ondas malignas. Alarga la mano y recoge de la mesilla su varita. La hace girar en el aire y tapa su desnudez, porque aunque Lord Voldemort sea único y especial, ni siquiera él duerme con pijama o calzoncillos.

Voldemort se pasea por la habitación descalzo, ignorando que Severus siempre le dice que se ponga unas zapatillas o se constipará "¡Ni que fuera mi madre!" - piensa Voldemort irritandose. "Odio que me digan que hacer ¡sobretodo con mis pies! Si acabo de llevar puestas unas botas altas me quito los calcetines por algo, ¡porque están sudados y tengo calor!" - continua discutiendo el Lord en su mente a la vez que exhaspera y enerva aún más, pero se calma en cuanto mira su calendario y se da cuenta de que es, al fin, 1 de Diciembre, y pese a que Lucius le dijo que la espera vale la pena, Voldemort está ansioso por empezar la navidad.
-¡Accio lista navideña! - grita agitando la varita en el aire.

La lista Navideña de Voldemort dice así:

Cosas que hacer estas Navidades:
  1. Matar a Harry Potter.
  2. Matar a Harry Potter. (mancha de sangre)
  3. Tirarle una bola de nieve a Lucius en el pelo.
  4. No tirarle una bola de nieve a Severus (se le limpiaría el pelo ese grasiento que tiene)
  5. Empezar el calendario de adviento.
  6. Empezar otro calendario de adviento (junto a esto un par de babas)
  7. Poner el árbol de navidad.
  8. Cubrir de serpentina y nieve falsa a Bellatrix
  9. Tejer unos calzoncillos para Severus.
  10. Mandar un christmas con antrax a Dumbledore.
  11. Cambiar al niño Jesús del Belén por una figura mía.
  12. Cambiar a la mula y el Buey por Lucius y Severus.
  13. Poner a Yoda como mi padre.
  14. Poner un macarrón como mi madre. (Todo el mundo adora los macarrones)
  15. Robar el regalo de colagusano.
  16. Matar a Harry Potter.
  17. No probar el roscón de reyes de Narcisa (recuerda como quedó el baño el año pasado)
Voldemort sonrió como un niño con un caramelo y añadió como 18. Robarle caramelos a los niños. Y chocolate. Mucho chocolate.
Tras revisar su lista pensó en que su vida estaba llena de listas pues aún faltaba su lista para los Reyes magos (a Santa Claus le mató por no traele el robort emilio en el '96), así que bajó al salón para ver si había llegado el catálogo del Toys r' us.
-Colagusano - llamó.
Un pequeño ratoncito chilló y se transformó en un hombre gordo y sudoroso con poco pelo.
-Sí, amo - contestó haciendo una reverencia y evitando la mirada del caprichoso Lord.
-Tráeme el correo.
La rata se fue corriendo, esta vez en su forma humana, hasta el buzón de la mansión que-no-debe-ser-nombrada.
Voldemort esperó mientras tarareaba la versión rock de "Hacia Belén va un hipogrifo" y movía frenéticamente su cabeza calva y tocaba una "Air guitar". Cuando Colagusano volvío con el correo el tenía una poker face.
-Aquí tiene, amo.
A Voldemort casi se le escapa una risita así que le dio la espalda y corrió hacia su habitación con el correo en la mano. Cerró la puerta con pestillo y revisó las cartas.
Propaganda del Media Markt, Del Saturn... También podía servir, Lord Voldemort necesitaba el nuevo Guitar Hero, además de la nueva guitarra, -"Avery se morirá de envidia, seguro."
Voldemort escudriñó entre la propaganda de las tiendas de electrónica, la factura del móvil y el gas y las cartas de caja madrid diciéndole que ha ganado un rolex, pero no encontró su querido catálogo del Toys r' us, así que alguien murió esa noche.


Por eso la Navidad da asco y es una época de mierda, que solo recuerda a los villanos la infancia perdida y los regalos que no les trajeron. Así que, mierda que no tengo calendario de adviento y quiero chocolate.

Besos navideños, Ko.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Nada

[Modo Metaforna On]
Empiezo a pensar que los castillos de arena que construí van a ser derribados por la marea que sube, convertidos en simple barro pisado y comprimido por cualquiera. Sometido a la voluntad de las olas.

También es bonito ¿no? Ser participe de algo tan espectacular como es un amanecer en la playa.
No todos podemos ser el sol ni su reflejo en el agua.
[Modo metáfora Off]

O puede que simplemente tenga un bajón post-party acompañado por el mal tiempo y el frío.

O...

O...

O...

Recuerdo todas las entradas en las que hablé de Matthias. Sí es un tema viejo que parecía ya resuelto pero sigo dándole vueltas. Me pintó una maravillosa vida de mochilera. Yendo por un camino nuevo, tortuoso, arduo y angosto. Pero era un camino. Tal y como el que sigo, que también puede ser erróneo. Debería dejar de pensar chorradas pero desde que lo único que debo hacer es pensar en gramática e introducir datos en mi mente...más quiero escapar de mi vida através de libros y series.
Pero no quiero ser un personaje quijotesco.
Sería una de las fulanas de la venta.