Recent Posts

lunes, 21 de febrero de 2011

Cuando creía. Cuando creo. Cuando creeré.

Me creía un metal que con tu calor se fundía pero…

Por más que intentaba ignorarte tú acababas por oxidarme con la fricción de tu arrogancia. Tu petulancia electroquímica que me neutralizaba con sonrisas galvanizadas con niñería. El ácido de tu olor simplemente me laceraba la piel que liberaba sangre al entorno a cambio de oxígeno que beber.

Que en su día me dibujé una sonrisa con un cuchillo y la mantuve con tachuelas. Me grapé los parpados a las cejas para continuar mirándote. Y acabé corroída como cualquier metal, carcomida como la madera y apuñalada como una humana.



Me creo una humana herida y perdida pero…

Hoy me posee un analgésico del que dependo como la droga que es. Al principio poco porque aún me creía metal, pero, según avanza el tiempo más rota y erosionada me siento. Más humana.

Esta droga se toma vía oral, cutánea e intravenosa. Se introduce por las heridas y cicatrices. Por los poros y los orificios. Y se queda dentro.

Todo es ya indoloro.



Creo. Como todo.

1 Comentarios.:

María A. dijo...

Me gusta. Pero podrías incluso haberte extendido más, creo.