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domingo, 14 de noviembre de 2010

Patetísmo.

Continuación de:

Tan Patética como una Nomeolvides.

[...]Te intentas armar de valor y... ese valor nunca llega. Ahora es cuando envidias todo; los gusanos de seda, las hojas de los árboles que caen a la par y los dos corazones que laten dentro de esas personas que caminan agarradas de la mano.

Tienes 18 años y te has enamorado. Te has enamorado y lo odias. Te levantas por la mañana preguntándote ¿Cómo pueden dos sentimientos tan contrarios vivir en mi interior sin luchar? ¿Por qué me odio tanto? ¿Por qué la amo tanto? ¿Por qué todos han mentido? ¿Por qué?… ¿Por qué?

Porque mienten como bellacos al clamar que el amor es un sentimiento majestuoso. Porque si preguntaran a Catherine Earnshaw que qué es el amor les dirá que el amor es Heathcliff. Heathcliff el sucio, el salvaje, el odioso, el apasionado, el vengativo…

Porque aunque sonrías cada mañana al verla y te maravilles ante su perfil renacentista y sus finos labios entreabiertos exhalando suspiros te alimentarás de fantasías. Fantasías en las que la besas; con calma, sintiendo cada húmedo roce, vibrando a la par que sus gemidos regalados cuando la tocas en lo más profundo de su ser.

Vuelves a la realidad y te mira de forma cariñosa. Pero no de esa forma. No como quieres. La sonríes y ella te imita, baja la mirada y gira la cabeza para deleitarse cuando el crepúsculo vence al día mientras que la noche saborea la victoria. En ese crucial momento te quiebras por dentro y te das cuenta de que lo que creías amor, es un desamor.

Evoco aquellos días en los que en las clases de filosofía defendía la inteligencia a la felicidad.

¿Quién coño quiere ser inteligente cuando puede tener sexo?

Amorosos, Sexuales y filosóficos besos, Ko.

2 Comentarios.:

AlexCrazySajke dijo...

Muy buena entrada.
+1
Esto del blog se ha convertido en un desahogadero oficial.

María A. dijo...

"Vuelves a la realidad y te mira de forma cariñosa. Pero no de esa forma. No como quieres. La sonríes y ella te imita, baja la mirada y gira la cabeza para deleitarse cuando el crepúsculo vence al día mientras que la noche saborea la victoria. En ese crucial momento te quiebras por dentro y te das cuenta de que lo que creías amor, es un desamor."

Y quién sabe por cuántos de estos jodidos momentos hay que pasar, para llegar a ese al que aspiramos...si es que realmente llega algún día.