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lunes, 1 de marzo de 2010

Capítulo 3: P1P1L

Si no sabes de que cojones hablo pasate primero por:
Capítulo 1:
Capítulo 2:

Y aquí vamos con el...Capítulo 3.

Capitulo 3.

Draco abrió los ojos con terror. Harry contestó a esto con una mueca divertida.

-¿Qué pasa, Draco? –Subrayó poniendo mucho énfasis en su nombre – tu empezaste esto. ¿Y sabes qué? Es divertido.

Era la primera vez que le dejaban sin habla. ¿Quién coño se iba a imaginar que a Draco Malfoy se le echaría encima un Gryffindor? Bueno, que fueran Gryffindors o no daba igual. Siempre había un par de niñas que pese a la enemistad de las casas querían extender el paradigma de amistad con él, pero ¡coño! ¡Que este era Potter!

-Yo no… ¡Deja de jugar! Yo empiezo el juego y también lo termino. Y por si no te has dado cuenta Potter, yo lo terminé. – Después de esto empujó el pecho de Harry haciéndole caer de lado y quedar tumbado en la hierba junto a él.


Harry estaba desconcertado además de avergonzado. Muchas cosas pasaban por su cabeza ahora mismo, pero no podía distinguir nada o más bien, no quería, así que dejó esos pensamientos volar y girar en su coco mientras yacía junto al chico que le torturaba de todas las maneras posibles.

Ambos contemplaron durante largo rato las nubes moverse entre las montañas. Ahora si que no quedaba nada por decir, y todo por callar.


Draco se levantó y mientras se marchaba para darse una ducha -caliente o fría, eso ya lo decidiría en el camino – al girarse, vio a Harry incorporarse y suspirar con la cabeza entre las piernas.

Este estaba siendo el día más... -¿Cómo calificarlo? Aun no sabía- de la vida de Harry. ¡Que tormento y que dicha a la vez! “Son nuevas emociones comparadas con sentir que te van a matar o a expulsar” - pensaba Harry optimista – “Mirar sin hacer nada no ha funcionado y hacer algo tampoco… ¿Debería contarle algo a Hermione?...Humm…puedo imaginármela diciendo “¡Harry, por Morgana! ¿Es cierto lo que me dices?...” Y aun así no puedo pensar ni lo que me diría a continuación. Arg, maldita confusión. – Harry continuaba la discusión en su mente mientras pasaba de frotarse las sienes para provocar un pensamiento fluido a alborotarse el cabello frenéticamente. Alzó la visa y esta vez se fijó plenamente en las nubes que eran empujadas por el viento y se dio cuenta de que, en verdad, hacía frío y pese a esto y a lo ocurrido el día era magnífico.



Mientras tanto, en las duchas de las serpientes, Draco optaba por una tortura medieval más típica de las mañanas para despertarse o de quién no tiene recursos. Una ducha fría. Palabrotas salían de su boca continuamente mientras castigaba a su cuerpo con puñales helados. Cuando no lo soportaba cambiaba a la caliente. Pero esto era aun peor, pues la caliente era un chorro de lava contra su ya debilitado cuerpo, y al volver al agua fría, su sensitiva piel se sentía otra vez maltratada y vejada.

-¡Estúpido! ¡No pienses maldita sea, no pienses! – pero su subconsciente lo traicionaba continuamente, y cuanto más le pedía que se fuera más se obsesionaba tratando de echarle, y encima, ahora que le había tenido tan cerca podía recordar su olor. Era un olor tan típico que podría sentirle en cualquier parte, fuese donde fuese y respirase donde respirase. Harry olía a la fresca hierba después de la lluvia, además de a algo como vainilla. ¿Olería así por estar junto a la sangresucia? Que ironía. No creo, también estaba el pobretón de Weasley. Seguro que ese olía a campo. Pero no a la hierba como Harry, sino a los excrementos de los animales del campo. Draco sonrió y cerró el grifo.



Harry dejó de contemplar el horizonte y se fue camino al castillo. Haría los deberes con Ron y Hermione, quizás una partida de ajedrez y luego se iría a la cama. Mañana había pociones, y quizás esa clase podía ser “interesante”. Vaya, ¿Snape interesante? – Pensó Harry esbozando una sonrisa – no se lo cree ni él. Y mientras el rostro del rubio paso por su mente, Harry se coló por la puerta del castillo dispuesto a enfrentarse con él el próximo día. El no hacer nada le había ganado su indiferencia, y el tomar las riendas su enfado. Harry prefería un Draco iracundo a un Draco apático e indiferente. A pesar de que se viese perfecto con esa pose tan melancólica y las facciones de su cara relajadas.


La noche cayó y Harry se comportó como si nada ocurriese. Hizo lo que había pensado; los deberes, una partida de ajedrez e incluso hubo tiempo para un frío entrenamiento de Quidditch. Era bastante normal que Harry estuviese encerrado en su propia mente en ciertos momentos, por eso ni Hermione ni Ron se dieron cuenta del cambio de su amigo. El Quidditch fue lo que más le distrajo del rubio. Pero hubo ciertos momentos en los que deseó que el rubio apareciese en su cara escoba y no precisamente para perseguir a la snitch.


La mañana siguiente trascurrió con normalidad. El desayuno fue algo incómodo, con un Harry legañoso tratando de divisar algo en la mesa Slytheriana, y la serpiente comiendo apáticamente su desayuno y contentando a sus compañeros con sonrisas curvadas de desprecio que en aquel lugar significaban “Sí, continuaremos con la tortura.”


Cada uno tomó un camino, Harry fue a Encantamientos y Draco a Transformaciones. No se cruzaron ni una sola vez en toda la mañana, y eso que Harry lo había intentado. Pero no había manera, la escurridiza serpiente le seguía huyendo. ¡Slytherin cobarde! Que bueno era cuando se trataba de huir – rugía Harry en su fuero interno.

No fue hasta la última hora del día hasta que se vieron las caras. Pociones. Harry sonrió y Draco resopló. Uno feliz y el otro descontento. ¿Cuándo se habían intercambiado los papeles?

Harry entró en la clase junto a Ron y a Hermione y en cuento pasó por la puerta sus ojos buscaron frenéticamente una cabellera rubia que no fue muy difícil de distinguir en la oscura mazmorra. Draco parecía que resplandeciera, a pesar de su cara… ¿triste? Probablemente sería indigestión. Malfoy no estaba nunca triste, no cuando había niños de primero a los que fastidiar.


-¡Vaya! Hoy Potter está contento – la clase preparó sus sonrisas maliciosas y aguardaron a que Snape procediera con su parsimonioso sarcasmo - ¿lo seguirá estando cuando le quite 5 puntos a Gryffindor por estar embobado y no preparar el material cuando el resto de los alumnos ya están sentados?

La clase estalló en carcajadas. La sonrisa de Harry se desdibujó y sus ojos finalmente se posaron en la clase. Todos estaban sentados en sus sitios; con los calderos preparados, el fuego encendido y los materiales en la mesa, y el seguía ahí, de pie tontamente y mirando al final de la clase (vale, sí, a Malfoy) con una estúpida sonrisa. Esta vez, si que se lo merecía.


Hastiado, frustrado y algo enfadado consigo mismo Harry se sentó y preparó todo rápidamente y de mala gana. Ahora por culpa de Malfoy, además de tener pensamientos que jamás había tenido, –aunque debía reconocer que le gustaban- también llegaba tarde a las clases por querer encontrarle por los pasillos, apenas comía por intentar mirarle y era el hazmerreír de los demás un 50 % más de lo que ya lo era.


2 Comentarios.:

javier dijo...

buah! este no tiene sexo! jum. xD


jaja, la frase de: Ahora si que no quedaba nada por decir, y todo por callar. Es muy típica, esperaba algo con mas nivel de ti. Pero en general esta bien! xD

Robert M dijo...

Es verdad, este no tiene ni siquiera toqueteo xD

Bueno, la verdad es que si siempre se esuvieran toqueteando nunca podría haber argumento. Asi que no te preocupes, que éste esta bien como está, lo que pasa es que Javi ahora tendrá que buscar inspiración en otro sitio para que su "hora feliz" sea satisfactoria.

P.D: "Hora" ni de coña, más bien minutos xD